domingo, 27 de mayo de 2012

El Diario del Sr. Darcy- Amanda Grange Noviembre (4)


Miércoles 27 de Noviembre


“Caroline, deseo hablar contigo,” dije, cuando él se había ido.
Caroline levantó la vista de su libro y sonrió.
“Estoy a tu disposición.”
“Es sobre Miss Bennet de quien deseo hablarle”.
Su sonrisa se esfumó, y presentí que estaba en lo correcto al pensar que su cariño por su amiga estaba pendiendo de un hilo.
“Hubieron varias alusiones hechas en el baile entre los nuevos vecinos de Bingley, relativas a la boda entre Miss Bennet y él.”
“¡Qué!” exclamó Caroline.
“Sabía que le incomodaría. No puedo ver nada en la forma de comportarse de Miss Bennet que me haga suponer que está enamorada, pero me gustaría tener su opinión. La conoce mejor que yo. Ha sido su confidente. ¿Acaso tiene sentimientos de amor hacia su hermano? Puesto que, si es así, dichos sentimientos no deben ser ignorados.”
“Ella no los tiene en absoluto.” dijo Caroline, liberando ese peso de mis hombros.
“¿Está  segura de ello?”
“Por supuesto. Ella ha hablado de mi hermano un par de veces, pero solo en los términos que utiliza con cualquier otro hombre que conoce. Por lo tanto, estoy segura de que nunca ha pensado en Charles de esa manera. Ella sabe que él no planea quedarse por siempre en Netherfield, y ella esta simplemente divirtiéndose mientras él está aquí.”
“Es justo como pensaba. Pero los sentimientos de Bingley están mucho más que comprometidos”
“Me he temido lo mismo. Si él fuera tan insensato como para unirse a dicha familia, lo lamentaría de por vida.”
“Lo hará. Por lo cual debemos separarlos, antes de que su comportamiento levante aun más sospechas y expectaciones Si esto sucediera, llegaría un punto en el que dichas expectaciones deberán ser cumplidas, o la reputación de la dama sufriría un irreparable daño.”
“Está en lo cierto. No debemos dejar que la reputación de mi querida Jane sufra ninguna mancha. Ella es muy dulce. Louisa y yo estamos muy encariñadas con ella. No debe ser dañada.”
Mr Hurst interrumpió en ese momento.
“¿Viene a cenar con los oficiales?” preguntó. “Ellos me invitaron a que me uniera a ellos. Seguro que lo recibirán a usted también.”
“No,” dije. Quería terminar mi conversación con Caroline.
Hurst solo se encogió de hombros y llamó el carruaje.
“Propongo que sigamos a Bingley a Londres. Si nos quedamos con él allá, no tendrá ninguna razón por la cual regresar aquí,” dije.
“Un excelente plan. Le escribiré a Jane mañana. No le diré nada fuera de lo ordinario, pero le haré saber que Charles no regresará este invierno, y le desearé que disfrute de las bellezas y diversiones de estas Navidades.”

Jueves 28 de Noviembre.


La carta de Caroline fue escrita y enviada esta mañana. poco antes de que partiéramos hacia Londres.
“Escuche el caso más increíble en Meryton la noche pasada,” dijo Mr Hurst mientras el coche se dirigía hacia Londres.
No le presté mucha atención, pero mientras seguía su historia, no pude evitar escucharlo.
“¿La chica Bennet- cuál era su nombre?”
“Jane” dijo Louisa.
“No, no ella, la otra. La de las faldas”
“Ah, te refieras a Elizabeth.”
“Esa es. Tuvó una proposición del parrocó.”
“¿Proposición? ¿ Del párroco? ¿A qué te refieres?” preguntaron Caroline y Louisa juntas.
“Una proposición de matrimonio. Collins. Ese era su nombre.”
“¡Mr. Collins! ¡Exquisito!” dijo Louisa.
“Parece que Mr Collins es otro admirador de hermosos ojos.” dijo Caroline observándome satíricamente. “Creo que ellos se llevarán muy bien. Uno es toda impertinencia y el otro todo estupidez.”
No había sabido, hasta que escuche esto, que tan lejos mis sentimientos habían llegado. La  idea de Elizabeth casándose con Mr Collins era humillante, y dolorosa en una forma en la que nunca me hubiera imaginado. Pero no podía ser. Hurst debía estar equivocado. Ella no podria rebajarse tanto. El estar unida a ese zoquete por el resto de su vida…
“Debes de estar equivocado,” dije.
“De ninguna manera,” dijo Hurst. “Me lo contó Denny.”
“No es un mal casamiento,” dijo Louisa, considerándolo. “De hecho es uno muy bueno. Hay cinco hijas, todas solteras, y su propiedad sería heredada a otra persona, creo.”
“Heredada a Collins,” dijo Mr Hurst.
“Aún mejor,” dijo Louisa. “Miss Eliza Bennet no tendrá que dejar su casa, y sus hermanas tendrán donde vivir cuando su padre muera.”
“Al igual que su madre,” dijo Caroline felizmente. “Que encantador el estar confinado con Mrs Bennet por el resto de sus vidas!”
Nunca me había disgustado Caroline más. No desearía tal destino a nadie, y definitivamente no a Elizabeth. Ella sufre debido a su madre. Lo he visto. Se sonroja cada vez que su madre muestra su imprudencia. El ser forzado a tal humillación por el resto de su vida…
“Pero me pregunto porque no se lo propuso a Jane,” dijo Louisa.
“¿Jane?” pregunto Caroline.
“Si. Ella es la mayor.”
Caroline me miró. Sabía lo que estaba pensando. Mr Collins no se le había propuesto a Jane, porque Mrs Bennet lo había inclinado a creer que Jane estaba pronta a casarse con Bingley.
“Me atrevo a decir, con la propiedad como herencia, pensó que podía tener a la que quisiera,” dijo Caroline. “La impertinencia de Miss Eliza Bennet le deba haber atraído, aunque no estoy segura de que sea adecuada para la esposa de un párroco. ¿Usted que cree, Mr Darcy?”
No dije nada, por miedo de decir algo que lamentaría luego. No podía permitirme el admirar a Elizabeth, así que, ¿Qué importaba si otro hombre lo hacía? Pero mis manos estaban empuñadas y, mirando abajo percibí que mis nudillos se habían puesto blancos. 
Me miró, esperando una respuesta, y al final dije, mas para satisfacer mis sentimientos que los de ella:
“Puede que no sea nada. Denny puede estar equivocado.”
“No veo el como,” dijo Caroline. “Él y Lydia son uña y mugre. Conoce todo lo que pasa en esa casa, me atrevo a decir.”
“Lydia es una niña, y puede estar equivocada,” me escuché decir.
“Denny no lo escuchó de Lydia,” dijo Mr Hurst. “Se lo dijo la tía. La tía vive en Meryton. Ella misma le dijo a Denny. Todo la casa estaba hecho un alboroto, ella dijo. Primero Mr Collins se le propone a Elizabeth, después Elizabeth lo rechaza.”
“¿Lo rechazó?”
Senti la esperanza en mi voz.
“Lo rechazó. La madre histérica. El padre del lado de Elizabeth.” dijo Mr Hust.
¡Bendito sea Mr Bennet! Pensé, listo para perdonar cualquier acto negligente que hubiera tenido antes.
“Si ella no cambia de parecer y lo acepta, él se le propondrá a la joven Lucas,” dijo Mr Hurst.
“¿Cómo lo sabe?”  preguntó Caroline sorprendida.
“La tía lo dijo, ‘Si Lizzy no se aplica, Charlote lo atrapará,’ ella dijo ‘Él tiene que casarse, su patrona se lo dijo, y una chica es igualmente buena que la otra ‘”
Respiré nuevamente. En ese momento me di cuenta de que tan profundamente había estado atraído por Elizabeth. Fue muy bueno que me fuera a Londres. Habia salvado a Bingley de un casamiento imprudentre, y no podía hacer menos por mi mismo.
Una vez fuera del vecindario de Elizabeth, dejaría de pensar en ella. Me adentraría en conversaciones sensatas, con mujeres sensatas, y no pensaría mas en su ingenio pícaro.
Llegamos a Londres en buen tiempo. Bingley estaba sorprendido de vernos.
“No queríamos que estuvieras solo aquí, y tuvieras que pasar tus horas libres en un incómodo hotel,” dijo Caroline.
“Pero mis asuntos solo tomarán un par de días!” dijo sorprendido.
“Espero no pienses irte antes de ver a Georgiana,” le dije, “Se que a ella le encantará verte.”
“Querida Georgiana,” dijo Caroline. “Crees que podamos quedarnos en la ciudad por una semana, Charles”
“No veo por qué no quedarme un día o dos mas.” aceptó. “Me encantaría ver a Georgiana. Dime, Darcy, ¿ha crecido mucho?”
“No la reconocerías,” respondí. “Ya no es una niña. Está en camino de volverse una dama.”
“¿Pero suficientemente joven como para disfrutar las Navidades?” preguntó Caroline.
Sonreí. “Creo que si. Deben de quedarse y celebrarlas con nosotros.”
“No nos quedaremos aquí mucho,” dijo Bingley.
“¿Qué?, ¿perder la compañía de Darcy y Georgiana en Navidad?” preguntó Caroline.
“Pero prometí ir a cenar con los Bennet,” dijo. “Mrs Bennet me invitó personalmente, y de la manera más amable.”
“¿Abandonarás a tus viejos amigos por los nuevos?” exclamó Caroline. “Mrs Bennet dijo que podrías cenar con la familia en cualquier momento. La escuché yo misma decirlo. Los Bennet seguirán ahí después de Navidad.”
Bingley parecía indeciso, pero entonces dijo: “Está bien. Nos quedaremos en la ciudad para Navidad.” Empezaba a verse más alegre. “Me atrevó a decir que será muy divertido. Siempre es mejor celebrar la Navidad cuando hay un niño en casa.”
Esto no era un buen presagio de lo que eran sus sentimientos por Georgiana, pero me consolé con el hecho de que no la había visto desde hacía mucho, y que aunque la ultima vez que la vio hubiera parecido una niña, estaba ahora claramente convirtiéndose en una mujer,
“Una vez que esto termine, iremos a Hertfordshire para año nuevo,” dijo. “Le escribiré a Miss Bennet para decirle sobre nuestros planes.”
“No hay necesidad de eso,” dijo Caroline. “Estaré escribiéndole a ella hoy. Yo misma se lo dire.”
“Mandalé mis mejores deseos,” respondió Bingley.
“Por supuesto que lo haré.”
“Y dile que estaremos en Hertfordshire en Enero.”
“Me aseguraré de hacerlo.”
“Salúdame a su familia.”
“Claro”
Hubiera seguido, sino lo hubiera interrumpido: “Entonces ya está arreglado.”
Caroline salió del salón para ir a escribir su carta. Louisa y su esposo se fueron también, y Bingley y yo nos quedamos solos.
“Una Navidad que espero con ansias, y un Año Nuevo que espero con más ansias.” dijo Bingley.
“Te gusta Miss Bennet,” observé.
“Nunca he conocido un chica que me guste tanto.”
Me senté, y Bingley se sentó frente a mí.
“Y aun así no estoy seguro de que ella será una buena esposa para ti.” dije pensativamente.
“¿A qué te refieres?” preguntó sorprendido.
“Sus bajas conexiones-”
“¡No deseo casarme con sus conexiones!” dijo Bingley con una sonrisa.
“Un tío que es un abogado, otro que vive en Cheapside. No pueden agregar nada de clase para ti, y van, al final, a disminuirla”
La sonrisa de Bingley se esfumo.
“No puedo ver porque importe. ¿Qué necesidad tengo yo de eso?”
“Cualquier caballero necesita de categoría. Y, además, están sus hermanas.”
“Miss Elizabeth es un chica encantadora.”
Me había dado en mi punto débil, pero mi posición era firme y me recuperé.
“Sus hermanas son, en su mayoría, ignorantes y vulgares. La más chica es una incorregible coqueta.”
“No habrá necesidad de que los veamos” dijo Bingley.
“Mi querido Bingley, no puedes vivir en Netherfield y no verlos. Ellos siempre estarán ahí. Así como su madre.”
“Entonces no viviremos en Netherfield. No he comprado aún la propiedad. Solo es rentada. Nos estableceremos en algún otro lugar.
“¿Pero Jane lo consentiría?”
Su rostro se ensombreció.
“Si sintiera un fuerte cariño por ti, tal vez pueda ser persuadida a dejar el vecindario,” le dije.
“¿Crees que no lo siente?” preguntó Bingley inseguro.
“Ella es una chica encantadora. Pero no mostraba ningún signo de que disfrutará mas tu compañía que la de cualquier otro hombre”
Él mordió su lobio.
“Pensé… ella parecía tan encantada con hablar conmigo… parecía tan contenta de bailar conmigo… en realidad pensé que ella se sentía mucho más feliz en mi compañía que en la de cualquier otro. Cuando bailábamos juntos-”
“Bailaste solo dos veces con ella en cada baile, y ella bailaba también dos veces con otros hombres.”
“Lo hizó,” admitió, “pero pensé que era solo porque hubiera sido grosero rechazarlos.”
“Tal vez hubiera sido grosero de su parte rechazarte a ti.”
“¿Crees que solo bailo conmigo paro no ser descortés?” preguntó con preocupación.
“No iría tan lejos. Creo que disfrutaba bailar contigo, y hablar contigo, y coquetear contigo. Pero creo que no lo disfrutaba más que si lo hubiera hecho con otro hombre, y ahora que no estás en Hertfordshire-”
“Debo regresar,” dijo, levantándose de su silla. “Lo sabía.”
“Pero si ella es indiferente, solo te causaras dolor.”
“Si ella es indiferente. No sabes que lo sea.”
“No, no lo sé, pero la observé cuidadosamente, y no pude ver ningún signo de peculiar afecto hacia ti.”
“¿La observaste?” pregunto sorprendido.
“El que la prefirieras a ella estaba empezando a llamar la atención. Otros lo notaron, no solo yo. Si hubiera pasado más tiempo, te hubieras visto obligado a proponértele a ella.”
“Me hubiera gustado el proponérmele,” me corrigió, después vaciló. “¿Crees que me hubiera aceptado?”
“Por supuesto. Eres un buen partido para ella. Tienes una considerable renta, y una hermosa casa. Se hubiera establecido cerca de su familia. No hay duda de que te hubiera aceptado. ¿Pero te gustaría casarte por esas razones?”
Parecía indeciso.
“Preferiría casarme por lo que soy,” accedió.
“Y lo harás, algún día.”
Se volvió a sentar.
“Era demasiado buena para mí,” dijo melancólicamente.
“Difícilmente, pero si su afecto no estaba comprometido, ¿Cuál era el punto de casarse? Conocerás a otra chica, tan dulce como Miss Bennet, pero una que pueda responder tus sentimientos en igual medida. Londres está lleno de jóvenes damas.”
“Pero no tengo ningún interés en otras jóvenes.”
“Con él tiempo, lo tendrás.”
Bingley no dijo nada, pero estaba tranquilo. La habrá olvidado cuando el invierno termine.
Estoy complacido de que haya expresado su deseo de ver a Georgiana nuevamente. La ha conocido mucho más tiempo que a Miss Bennet, y una nueva amistad no puede tener el mismo lugar en su afecto que una vieja amistad, particularmente cuando veo cuanto ha crecido Georgiana. La unión será aceptada por ambos lados, y estoy convencido de que será una unión muy feliz.

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